miércoles, 9 de abril de 2014

SEMANA SANTA 2014

La Semana Santa es el momento litúrgico más intenso de todo el año. Sin embargo, para muchos católicos se ha convertido sólo en una ocasión de descanso y diversión. Se olvidan de lo esencial: esta semana la debemos dedicar a la oración y la reflexión en los misterios de la Pasión y Muerte de Jesús para aprovechar todas las gracias que esto nos trae.
Para vivir la Semana Santa, debemos darle a Dios el primer lugar y participar en toda la riqueza de las celebraciones propias de este tiempo litúrgico.
A la Semana Santa se le llamaba en un principio “La Gran Semana”. Ahora se le llama Semana Santa o Semana Mayor y a sus días se les dice días santos. Esta semana comienza con el Domingo de Ramos y termina con el Domingo de Pascua.
Vivir la Semana Santa es acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepentimiento de nuestros pecados. Asistir al Sacramento de la Penitencia en estos días para morir al pecado y resucitar con Cristo el día de Pascua.
Lo importante de este tiempo no es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó. Es celebrar y revivir su entrega a la muerte por amor a nosotros y el poder de su Resurrección, que es primicia de la nuestra.
La Semana Santa fue la última semana de Cristo en la tierra. Su Resurrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir eternamente junto a Dios.
 
 

martes, 25 de marzo de 2014

VIVIENDO LA CUARESMA



"El Evangelio es el verdadero antídoto contra la miseria espiritual: en cada ambiente el cristiano está llamado a llevar el anuncio liberador de que existe el perdón del mal cometido, que Dios es más grande que nuestro pecado y nos ama gratuitamente, siempre, y que estamos hechos para la comunión y para la vida eterna. ¡El Señor nos invita a anunciar con gozo este mensaje de misericordia y de esperanza!..."

martes, 4 de marzo de 2014

MIERCOLES DE CENIZAS 2014

 
El papa Francisco recomendó a los fieles compartir sus riquezas y sus bienes materiales ya que "el sudario no tiene bolsos" y, a su juicio, no podrán ser llevados ante Dios en el momento de la muerte.

"Quien muere no podrá llevar sus riquezas consigo porque el sudario no tiene bolsillos. Es mejor compartir porque así llevaremos al cielo solo lo que hemos compartido", declaró.

El pontífice hizo estas reflexiones durante la tradicional alocución que precede al rezo del Ángelus, el último del tiempo ordinario que precede a la Cuaresma, que comenzará con el miércoles de ceniza.

EL ÁNGELUS DEDICÓ SU CATEQUESIS A LA DIVINA PROVIDENCIA.

"La providencia pasa también por nuestra solidaridad y tenemos que tenerlo en cuenta, hasta que comprendamos que si una persona intenta acumular bienes y riquezas para sí mismo, no tendrá nunca justicia", aseveró ante los miles de fieles que abarrotaron la plaza de San Pedro del Vaticano a pesar de la lluvia.

En este sentido, advirtió de que "Dios no se olvida de nosotros", sino que recuerda "cada nombre y cada apellido".

Sobre la solidaridad, Bergoglio ha recordado que esta semana comienza la Cuaresma, "un camino de conversión, de lucha contra el mal, con la fuerza de la oración y de la misericordia".

Subrayó que "la humanidad necesita justicia, reconciliación y paz" y solo podrá conseguirlo "volviendo con todo el corazón a Dios, que es la fuente".

En este sentido, el papa Francisco, una vez rezado el Ángelus, volvió a aludir a la situación que se vive en Ucrania, donde el presidente Víktor Yanukóvich se encuentra huido presionado por las protestas que vienen produciéndose en las calles de la capital, Kiev, desde finales de noviembre.

Una situación en la que ya se han implicado potencias militares como Rusia, cuyo senado aprobó ayer por unanimidad la intervención militar en Ucrania.

Sobre esto, el papa Francisco volvió a solicitar a la comunidad internacional que "apoye y favorezca" cualquier iniciativa de diálogo y paz que se produzca entre las partes.